El ganador del Premio del jurado del Concurso Internacional de Fotografía PHotoFUNIBER’25, Sandeep Rasal, nos cuenta cómo realizó la fotografía que resultó ganadora y reflexiona sobre la importancia del tema de la convocatoria de este año.
Además, refuerza la importancia de la realización del concurso para continuar su trabajo como fotógrafo: «Reafirma mi determinación de seguir documentando las vidas de los desfavorecidos y utilizando la narrativa visual para crear conciencia, generar empatía y generar cambios».
Cuéntanos la historia de la fotografía ganadora. ¿Cómo se tomó?
Llevo varios años documentando comunidades tribales y la vida rural, utilizando tanto la fotografía como el cine para explorar sus desafíos, resiliencia e historias silenciosas de fortaleza. Mi documental Raanpakhara, filmado durante la pandemia de COVID-19, se centró en la disrupción de la educación tribal y fue galardonado en varios festivales de cine. Sound of Nature examina cómo las dificultades económicas están obligando a las familias rurales y tribales a migrar a las ciudades, solo para enfrentarse a las duras consecuencias de la contaminación urbana. Mi Draupadi Murmu explora el frágil camino de la educación tribal, las razones por las que muchos niños abandonan la escuela primaria y el futuro incierto que les sigue.
Durante una de mis frecuentes visitas a un pueblo cerca de mi casa, presencié un momento profundamente conmovedor: un grupo de niños, recién llegados de una escuela primaria cercana, estaban sentados frente a una casa de barro y bambú, leyendo, repasando, absortos en sus libros. Un niño había dibujado con tiza una escuela en la pared. Todo en la escena —el entorno, la sencillez, la silenciosa determinación— parecía una historia completa en sí misma. Reflejaba a la perfección su lucha y su inquebrantable determinación por continuar sus estudios, a pesar de las adversidades.
Estas aldeas tribales se encuentran enclavadas en terrenos montañosos cerca de bosques, con apenas 40 o 50 viviendas. La vida aquí es básica, pero profundamente conectada con la tierra. Algunas familias cultivan pequeñas parcelas que producen solo unos meses. Otras dependen de la venta de hortalizas silvestres o trabajan como jornaleras. Sus casas están hechas de barro, bambú o, en ocasiones, de ladrillos sin terminar. Apilan leña afuera para cocinar y mantienen al ganado en pequeños corrales cercanos.
La presión económica a menudo obliga a los niños a abandonar la escuela. Algunos empiezan a trabajar en el campo a una edad temprana. Otros no pueden continuar sus estudios por falta de transporte o recursos. Las niñas, en particular, enfrentan limitaciones aún más severas: muchas se casan prematuramente o se quedan en casa para cuidar a sus hermanos y encargarse de las tareas domésticas cuando sus padres salen a trabajar.
Y, sin embargo, incluso en medio de estas complejas luchas, el deseo de aprender persiste. La determinación grabada en los rostros de estos niños cuenta su propia y poderosa historia: de resistencia, esperanza y el sueño de una vida más allá de las dificultades.
¿Qué significa para ti ganar este premio del Concurso PHotoFUNIBER?
Ganar este premio del Concurso PhotoFUNIBER es un honor y una profunda validación de las historias que he estado trabajando para contar. Significa que las batallas silenciosas y la tenacidad de las personas tribales y rurales, en particular su lucha por la educación y la dignidad, se ven, se escuchan y se reconocen a escala global.
Este premio se centra en las personas de la fotografía: su valentía, tenacidad y esperanza. Reafirma mi determinación de seguir documentando las vidas de los desfavorecidos y utilizando la narrativa visual para crear conciencia, generar empatía y generar cambios.
Además del premio económico, estoy entusiasmado con el programa de becas promovido por FUNIBER que es parte del premio, ya que siempre he querido continuar mi formación, pero no he podido hacerlo. Esta es una oportunidad fantástica para adquirir nuevos conocimientos que beneficiarán mi vida profesional y que se aplicarán al tema de mis obras y a mi desarrollo personal.
¿Qué representa la fotografía para ti?
La fotografía, en mi opinión, es una poderosa técnica narrativa que captura la verdad, la emoción y la realidad vivida sin usar palabras. Es un método para capturar momentos que de otro modo pasarían desapercibidos, especialmente en comunidades que a menudo son ignoradas u olvidadas. A través de mi lente, intento capturar no solo lo que se ve, sino también lo que se siente: los desafíos, la perseverancia y la fuerza silenciosa de las personas en zonas rurales y tribales.
La fotografía me permite conectar directamente con las personas y su entorno. Va más allá de simplemente tomar fotografías; se trata de generar confianza, comprender el contexto y dar voz a historias importantes. Para mí, es tanto una responsabilidad como una forma de activismo: un método para crear conciencia e inspirar empatía a través de historias visuales.
¿Qué te pareció el tema del concurso de este año, sobre educación?
Consideré que el tema de este año, la educación, fue muy significativo y oportuno. La educación es más que un simple sistema o un marco; es un salvavidas, especialmente para los niños de entornos desfavorecidos. Trabajando directamente con comunidades tribales y rurales, he visto de primera mano cómo el acceso a la educación puede impactar el futuro de un niño y cómo la falta de ella puede atrapar a generaciones en ciclos de pobreza.
Comencé mi carrera como profesor universitario antes de dedicarme por completo a la fotografía y el cine. La educación es un tema muy importante para mí y planeo retomarlo en el futuro. Este tema me permitió destacar historias que a menudo se pasan por alto: la determinación de los jóvenes que caminan horas para ir a la escuela, estudian bajo los árboles o fuera de chozas de barro, e enfrentan obstáculos cotidianos solo para aprender. Es un conmovedor recordatorio de que la educación es un derecho, no un privilegio, y que debemos trabajar juntos para garantizar que todos tengan acceso a ella.
Este concurso dio voz a esas luchas silenciosas, y agradezco haber sido parte de esa conversación.