Una imagen dice más que mil palabras. Hemos hablado con algunos ganadores del Concurso Internacional de Fotografía PHotoFUNIBER’21 para conocer las historias que hay detrás de sus fotos ganadoras.
Dos de los ganadores de la pasada edición del Concurso Internacional de Fotografía PHotoFUNIBER, Aaron Díaz y Cristian Vegas, conversaron con el Departamento de Comunicación de la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) en el programa de radio Sonora UNEAT.
La fotografía de Aarón Díaz se titula “Anfítrite”, que hace referencia a la reina del mar y esposa del dios griego Poseidón. La hermana de este alumno fue la modelo escogida para la fotografía para representar a este personaje de la mitología griega.
La instantánea se tomó en la playa de San Juan de la Canal en la localidad de Soto de la Marina en Cantabria (España) en el mes de mayo. “La modelo hizo un gran esfuerzo por meterse en agua en el mes de mayo”, recuerda Aarón.
“Recibí mucho apoyo de mis amigos y familiares en la votación en redes sociales” recuerda el estudiante. La preparación previa a la realización de la fotografía se prolongó un mes, ante la necesidad de escoger maquillaje, peluquería y vestuario idóneos.
El ganador del Premio UNEATLANTICO en la categoría Naturaleza, Cristian Vegas, tituló su foto “Luz de Luna”. Cristian realizó la fotografía mientras desarrollaba un proyecto de la universidad. A diferencia del trabajo de Aaron, su fotografía se basó más en la intuición: “me cuesta más escoger las fotografías que prepararlas”.
Los beneficios de este concurso son infinitos. “El concurso te enseña culturas a miles de kilómetros a través de las imágenes”, recalca Cristian. “Es uno de los aspectos positivos que tiene la fotografía, que te puede transportar a otro país, a otra cultura, tú puedes aprender de ello sin tener que estar ahí” concluye Aarón.
Uno de los dos ganadores del premio FUNIBER en la categoría de fotoperiodismo fue Alexander Iván Pimentel Marín con su foto titulada «Residente Rural». Dice que le encantó este estilo de fotografía: “La fotografía documental, es realmente el estilo de fotografía que me gusta hacer, el hecho de contar historias de una manera muy espontánea y natural, son muy profundas en su mensaje”. Alexander ha hecho algunos cursos de iniciación a la fotografía, pero el resto lo ha aprendido con la práctica y viendo tutoriales.
Su foto cuenta la historia de un campesino de 90 años llamado Cecilio que emigró con su familia para trabajar en actividades agrícolas y ganaderas, hace aproximadamente 40 años. «Lo que busqué proyectar en la imagen fue al hombre trabajador del campo, sus rasgos y marcas producto de la edad y del trabajo desde una perspectiva de su etapa de retiro y descanso en su hogar muy al estilo de las comunidades rurales del país”, comenta Alexander.
El otro ganador del premio FUNIBER en la categoría de naturaleza fue Alfredo Alfonso Dattwyler Llanos con su foto titulada «Mariposa en vuelo». Alfredo recalca que realizó un curso de 40 horas de fotografía y que le gusta leer y buscar tutoriales de fotografía. Respecto a la historia detrás de su foto, recuerda lo siguiente: “Nos fuimos a vivir un año a Australia y en uno de nuestros paseos por este jardín hermoso, el cual tiene muchos tulipanes, encontré esta mariposa, la cual se posó en uno de ellos, la seguí por bastante tiempo y esta fue una de las fotos más nítidas que pude capturar y con foco. Me inspira el movimiento y la dificultad que conlleva poder congelar una mariposa”.
El ganador de la categoría de Naturaleza por votación popular con su foto de un volcán titulada «Exhalación de la Madre Tierra», Ítalo Ariel Gutiérrez Turner, es en su mayoría autodidacta y no cree que se necesite ninguna habilidad especial para conseguir buenas fotos, solo estudio y formación en el tema.
Su impresionante fotografía fue tomada durante una caminata a un refugio de montaña llamado «garganta del diablo» a los pies del volcán Chillán en invierno. «Me encanta el blanco y el encuadre logrado en esa foto. Transmite paz y al mismo tiempo te recuerda el poder de la naturaleza», concluye Ítalo.